Ser Salmón: Resaca post navideña, el realismo mágico.
Por: José Luis Abreu (Fofe) M. A. / F. Pez Salmón
Allá van las navidades y queda el árbol de pino seco y oloroso en medio de la sala, crujiendo con la intención de que alguien se apiade y le desvista de tantas luces y guinda lejos. Las ramas están dobladas con la forma curva de la gravedad y cada día que pasa más y más hojitas filosas se despegan de sus huesos y se incrustan en la alfombra. En la mente de su dueño transcurre la tediosa idea de empezar a quitar guirnaldas, pasar el "vacum cleaner" y romper con el encanto de estas fiestas que por dos meses sirvieron de opiáceo para olvidar la realidad de la vida cotidiana.
Pronto llegaran los estados de cuenta ... (continuar leyendo aquí).
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1 comentario:
(continuación...)
Pronto llegaran los estados de cuenta de las tarjetas de crédito y cada gesto de amor envuelto en un regalito se convertirá en un insomnio deseoso de que alguna pepa eficiente le pase la mano falsa del sueño para poder seguir viviendo. Casa por casa se van desinflando globos de Santa Claus y desenredando embelecos de luces de colores que disfrazaron de maravillas al comejen ordinario donde día a día comulgan las familias criollas. Toma una semana despedirse de las manadas de familiares y amigos que vinieron del extranjero a desbaratarse en las exuberancias festivas de nuestra navidad y de un día para otro quedaremos los mismos de siempre enfrentando el nuevo 2007. ¡Que buena son las visitas cortas! Nos deslumbran con sus siempre buenas nuevas ofreciéndonos la oportunidad de venderles una idea progresista de lo que persistentemente hemos querido ser. Ante ellos todo es alegría, abundancia y felicidad. El despliegue de atenciones nos sirve de distracción mientras protagonizamos los grandes anfitriones que somos por naturaleza. El mero hecho de existir en el Caribe atómico donde nos ha tocado nacer, nos regala ese don para servir y agradar a todo el que viene de afuera.
Pero ya se ha ido todo el mundo y hay que quitar las decoraciones festivas. Se acabaron las vacaciones y hay que preparar los bultos para la escuela. Pa' colmo hay que empezar una dieta porque las cataratas de alcohol y las eternas bandejas de colesterol y azúcar que engalanaron las mesas de cada rincón isleño, han hecho fiesta con los chichos de nuestros ingratos cuerpos tropicales. Hay que ganarse la vida, trabajar para pagar las deudas y subsistir en el séptimo año de un nuevo siglo que apenas comienza. El año siete trae esperanzas místicas y esa es otra buena excusa para encontrar motivación espiritual, poco científica; más bien fantástica y así enfrentar a modo de realismo mágico el bulto de experiencias que se asoman con este nuevo comienzo. Hay que estar preparados para los efectos de la resaca post navideña, pues cumplir las resoluciones de año nuevo con las que cada cual se flagela a modo de castigo por tanta gula, perturba y mas. Malos humores, sensaciones de culpa, frustraciones ante la exigente disciplina auto impuesta provoca pequeños caos en los entornos familiares y de trabajo. Que si la dieta y los ejercicios, dejar los hábitos de fumar y los traguitos de cada tarde, adelantar trabajos que antes se dejaban para la fecha limite, completar las asignaciones con los hijos tan pronto llegan de la escuela, romper la relación prohibida con el chillo o la chilla, en fin, aprovechar mejor el tiempo y dejar a un segundo plano todo aquello que significaba ocio y placer egoísta primario. Dejar de ser lo que antes se era da dolor de cabeza y causa estrés, pero cada nuevo año creemos que somos omnipotentes e intentamos cambiar de cantazo.
Este nuevo 2007 no quedara otra alternativa que salir adelante, celebrar nacimientos y despedir difuntos, vivir cada estación del año bajo un eterno sol de lluvias impredecibles. Las playas seguirán rodeando nuestra pequeña Isla y el afán de construir edificios continuara desdibujando la arenosa superficie de las costas por desvirgar. Ya en febrero estaremos haciendo malabares para gastar lo innecesario en el mes de los amores y quien haya logrado deshacerse de sus relaciones polígamas clandestinas podrá celebrar en su bolsillo el éxito de haber cumplido una resolución. Pronto estaremos inmersos en el corre y corre diario y nuestras maravillosas mentecillas de a corto plazo se habrán adaptado a lo que hay. Sin darnos cuenta habremos olvidado gran parte de las resoluciones auto impuestas y volveremos a ser algo de aquello que siempre hemos sido. Mientras tanto, ira pasando el año como de costumbre y en un dos por tres, con las primeras lluvias de mayo, llegara el verano de playas y fiestas con poca ropa. El inconciente colectivo isleño estará haciendo apuntes para desear ser diferentes en el 2008; pero de eso no se volverá a hablar hasta pasada la última borrachera del 2007, durante y luego del huracán de campañas políticas que se avecina.
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